¿Cómo detectar a un traductor? 25 razones… ¿para odiarte o para amarte?

¡Hola!

En primer lugar, agradezco a Irene [@IreneFV_] y Scheherezade [@Scheherezade_SL] (las creadoras) y a Darío [@dgimirizaldu] (el diseñador) que hayan tenido esta GRAN idea…

En esta entrada, voy a desentrañar ciertas verdades y circunstancias que circundan a una profesión de letras, pero no solo de los caracteres escritos va esto… Voy a ayudar a aquellos que estén perdidos… A aquellos que no sepan cómo actuar cuando lo vean… A aquellos que cuando lo oyen no saben qué decir (ni si decir algo…). Las verdades y circunstancias que se van a enumerar aquí, pueden dañar la imagen de algunos e incluso puede perjudicar a la citada profesión de letras; o no. Si alguien de fuera de la profesión sabe mirar a este artista de las letras con “buenos ojos”, puede ocurrir algo bien distinto. El profesional de las letras al que me refiero es: el traductor (ya lo decía en el título, pero, como buen traductor, me gusta una parafernalia y “enrollarme” a la hora de iniciar una entrada de blog).

Como pueden ver, la supuesta máxima institución de la lengua española, el DRAE, lo define así:

Y, como suele ocurrir en los casos de adjetivos o sustantivos que tienen verbo, hay que estar buscando más allá, pues la definición de “traductor” es escasa. Y define “traducir” así:

¿Ayuda esto a conocer a un traductor? Me parece que tenemos más de la acepción número 3 que de la 1 (casi, casi…). Así que tras haber comprobado que las definiciones no colaboran… ¿quién mejor que un traductor para ayudar al resto a saber si está ante uno?

¿Cómo detectar a un traductor? 25 razones… ¿para odiarte o para amarte?

¡Atentos! Empezamos…

Si estás con amigos y con X en una casa viendo la televisión, y de repente X exclama: “se dice hubo y no hubieron”, aunque X parezca igual de insistente en su repelencia que el avión, no hagas como Cary Grant en este video…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

Las acciones más comunes o los encuentros sociales más cotidianos…para X son distintos. ¡Fíjate en cómo se comporta X en situaciones aparentemente “normales” para el resto!

¿Cómo detectar a X en el restaurante?

1. Si antes de entrar al restaurante, X se para y mira hacia arriba… Te preguntarás qué mira, ¿no? ¡Está mirando el cartel y no quiere entrar porque el italiano se llama ‘cHao Bella Italia’! ¿A quién se le ocurre? Con ese nombre mal escrito, la comida no puede ser buena…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

2. Si estás con X en un restaurante y empieza a ladear la cabeza como buscando al camarero, pero no lo llama… es que se está escondiendo de él. No quiere que lo vean, porque… ¡va a sacar una foto a alguna errata de la carta!

X es traductor, ¡te lo aseguro!

3. Si estás con X en un restaurante y a la hora de hacer su pedido de la bebida dice algo extrañísimo… Y tú te preguntas: “¿Qué ha dicho? Yo he pedido una coca-cola…” X habrá pedido una Krombacher (pero lo ha pronunciado en alemán…) con lo que ni siquiera el camarero le ha entendido…

X es traductor, ¡te lo aseguro! (Y, además, estuvo de Erasmus y ahora, a su vuelta, va por ahí pidiendo todas las cervezas que probó… Dentro de las fricadas del traductor, la práctica del idioma en cualquiera de las oportunidades que tenga, es de las más preciadas.).

4. Si estás con X en un restaurante y ves que está mirando fijamente hacia la mesa y no presta atención a lo que le dices… ¡Olvídate, porque se ha ensimismado en el apasionante mundo de la lectura de ingredientes! Es que el bote de kétchup los tiene en varios idiomas… ¿cómo resistirse?

X es traductor, ¡te lo aseguro!

X suele retratarse así con la música

5. Si estás con X en un karaoke y es el único que se empeña en cantar una canción en inglés durante toda la noche en ese karaoke…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

6. Si el gusto musical de X abarca desde Bob Marley, pasando por Elvis Prestley, hasta U2 (todos cantan en inglés con acentos ingleses distintos – esto es primordial también).  Nótese su exacerbado gusto por Muse y Rammstein (si no le gusta “Pepe”, le gusta “Juan”; ¡no falla!)

X es traductor, ¡te lo aseguro!

7. Si X tiene un gusto musical como,…demasiado inglés… Conoce grupos que no conocen ni los propios músicos… Es el rey de tendencias musicales que ni se mencionan en España y si el nombre de la tendencia lleva “indi” en él, mejor que mejor…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

8. Si X se atreve a cantar en otros idiomas (da igual que sea suajili…porque habrá buscado significados, pronunciaciones, entonaciones, etc.) Sobre todo, en inglés… ahí es el rey. No hace como el resto… que se limita a pronunciar la última palabra de las frases de la canción. No, no, él se la sabe entera.

Aunque suceda algo como en este video…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

Si sucede alguna de las siguientes situaciones en relación con series, películas o programas

9. Si X está viendo contigo el programa Password y, tras ver lo siguiente, exclama: “¡Así va el país!”

X es traductor, ¡te lo aseguro!

10. Si X se empecina en ver las series y las películas con esas letritas debajo…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

11. Si X ve tantas series como dedos tiene en el cuerpo y se autodenomina “seriéfilo”… Ve series ya sin discriminar. Tan diferentes entre sí como Gossip Girl, True Blood o Modern Family (se recomienda pronunciarlas «modo traductor» para ir empatizando…)

X es traductor, ¡te lo aseguro!

12. Si hablas con X de cualquier serie y la conoce (pero no solo le suena el título, sino que conoce la productora, los actores, el guionista e incluso conoce al que sirve los cafés…) Ejemplo: «Sí, sí. Sé cuál es… he visto algún capítulo, pero no la sigo… En el capítulo 1×04 sale Matt LeBlanc, el de Friends».

X es traductor, ¡te lo aseguro!

Y así suele comportarse X en diferentes situaciones.

Batiburrillo de situaciones traducto¿lógicas?:

13. Si X está bebiendo cervezas con amigos… Lleva ya unas cuantas, pero aun así, suelta de repente un cultismo (que le hace quedar como el repelente del grupo)…

Ejemplo: «Opino que habría que pensar más y mejor: cogito ergo sum«

X es traductor, ¡te lo aseguro!

14. Si X está manteniendo una conversación contigo, y, de repente, introduce una palabra en inglés, alemán, francés, idioma Y…en dicha conversación. Por ejemplo: “¿Y si vamos hoy a la beach?” Estudios sicológicos aseveran que tiene unas ansias desmesuradas por practicar el idioma. ¡Entiéndelo!

X es traductor, ¡te lo aseguro!

15. Si X llama a sus estanterías de libros “biblioteca” y, además, en ellas tiene libros tan variopintos como estos…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

16. Si X aparentemente no está trabajando, y, de todos modos, no sale a lo que tú ves como un fiestón un sábado, porque tiene cosas que hacer… (Traducción urgente de 5000 palabras que llegó el viernes a las 17.00 horas y la entrega es el lunes a primera hora)… Si, además, se queda en pijama de invierno… ¡sospecha! Ese se va a quedar trabajando. 

X es traductor, ¡te lo aseguro!

17. Si X habla de palabras y céntimos o de números de modelos como quien habla de banca. En realidad… no es una buena comparación, ¿no?

X es traductor, ¡te lo aseguro!

18. Si, de repente, le para un turista y en lugar de señalar a otro para que le conteste… o salir corriendo, X atiende a ese ciudadano extranjero despistado.

X es traductor, ¡te lo aseguro!

19. Si, tras atender a ese turista, ves a X con cara sonriente, como de satisfacción… Eso es que está contento por haber practicado el idioma con un nativo. «Se siente realizado»… Ya eran 3 días sin utilizar el inglés…

Así de contento estará…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

20. Si X tiene en su CV la licenciatura de TeI, pero no es la única titulación superior que aparece. (Probablemente, su avidez de conocimientos – eufemismo de: sabelotodo o enterado – le llevó a hacer otra cosa o a especializarse).

X es traductor, ¡te lo aseguro!

21. Si X lee algo en un idioma extranjero que tú creías que era inglés y lo hace de una forma ¿rara? que no entiendes. O si X durante una conversación afable entre amigos pronuncia McDonald’s como /MACDOUNALS/ en lugar de /MACDONA/

… sin superar a lo presente…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

22. Si ves que X por su blog, Twitter, Facebook, red social varia critica a un tal “PM”…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

23. Si a X le gusta cocinar más de lo que podría ser habitual para un cocinero no profesional… Suele deberse, en las nuevas generaciones a que han ido de Erasmus y han tenido que aprender, al final. Como friquis… pues aprenden los platos del lugar, etc. Se les reconoce especialmente, porque pueden cocinar un plato polaco o danés, por ejemplo.

X es traductor, ¡te lo aseguro!

24. Si juegas con X al Trivial y no domina ningún color en concreto, pero acierta las que nadie se sabe. Suele reconocérsele porque se le pregunta: «¿Pero tú no sabías idiomas? ¿Cómo es que te sabes eso? Bah, te las sabes de memoria…»

X es traductor, ¡te lo aseguro!

25. En el caso de los hombres, si ves a X rodeado de 40 mujeres.

X es traductor, ¡te lo aseguro!

25 (bonus track). Si ves a X, hombre, solo con 14 mujeres tomando una caña…

X es traductor, ¡te lo aseguro!

Antes de finalizar y por si todavía no tienes claro cómo detectar a un traductor… Aquí tienes un video muy ilustrativo de la vida de un traductor de a pie.

¿Qué te han parecido las 25 razones? ¿Para odiar o para amar a un traductor?

¡Traductor, atrévete y comenta tu rareza (con su número)! O aporta tu rasgo traducto¿lógico? más inconfesable 🙂

¿Cómo creen que termina la película?

¿Así? [Suponiendo que X está entre los vietnamitas…] 25 razones para ODIARTE

o ¿así? [Suponiendo que X es Demi Moore, la alfarera…] 25 razones PARA AMARTE

El traductor… ¿nace o se hace?

Hola:

El saludo va dirigido a todo aquel que lea estas divagaciones; divagaciones, en su tercera acepción del DRAE. Por supuesto, saludar debe ser lo primero, pues como dicen: «El saludo no se le niega a nadie». Disculpas anticipadas por lo personal de los pensamientos, pero tómenlo como una presentación en el sentido de un quién soy en mi vida laboral.

Me gustaría abrir el blog con una entrada dedicada a cómo llegué a ser traductor, en concreto, traductor jurado de alemán, traductor de inglés a español y revisor de textos escritos en español. Además, también me gustaría (querer es poder) que participen y cuenten cómo han sido sus experiencias.

Vamos, siéntense que empieza esto. ¡Atentos! 🙂

Érase una vez, un niño de 9 años que se aburría en sus clases del colegio público hasta que su profesora —¿las seguirá habiendo así de preocupadas por su alumnado?— le propuso algo a los padres del pequeño. Esa proposición, no indecente, era simple, pero requería un esfuerzo; un gran esfuerzo. Dijo: «¿Y si intentamos que el niño entre en el Colegio Oficial Alemán?». Dicho y hecho —no fue tan fácil, pero para resumir. Tras superar unas pruebas de admisión, ese niño ya con 11 años inició su idilio con los idiomas. Ese niño soy yo.

Desde entonces, siempre he estado rodeado de palabras. Ellas me atacan, yo contraataco. El colegio empezó convenciéndome de que el alemán era magnífico. Lógico, estaba aprendiendo un idioma, que además no era inglés, lo que le daba cierto exotismo al asunto. Así que mis alabanzas diarias al alemán y a lo que aprendía en el colegio hacían que el esfuerzo valiese la pena. Sin embargo, allá por 1.º de bachillerato, me topé con una magnífica profesora de español. Lengua siempre había sido una asignatura de las de nota, pero me gustaban más otras como Historia o, incluso Química, sí, Química, no me he equivocado. Pero —y aquí se demuestra que la importancia de tener un buen profesor que sepa motivar a los alumnos es determinante— el español empezó a cautivarme. Me gustaba hasta el análisis sintáctico. Entre complementos predicativos y calambures terminé la formación en el colegio con dos selectividades, el Abitur y la selectividad española. No quise irme a Alemania y había que tomar la decisión ¿de mi vida? De la laboral, al menos, sí…

Licenciatura de Traducción e Interpretación (TeI) era el nombre de mi primera opción para entrar en la universidad. ¿Por qué? El traductor… ¿nace o se hace? Con 18 años, mi mente fue capaz de pensar (menos mal) que si las asignaturas que más me gustaban eran Historia, Español y Alemán, algo había que descartar. A partir de este pensamiento, la pobre Historia fue eso: «historia» para mí. TeI conjugaba bien las otras dos, así que White and in bottle: milk.

Entonces, ¿existe la vocación? Pienso que no. Si no se entremezclan todas esas circunstancias que he contado, no hubiese sido traductor o, al menos, hubiese habido un número menor de posibilidades. No entiendo a aquellos que dicen que son esto o lo otro por vocación. Otra cosa será que te dediques a una profesión porque te ha gustado desde hace tiempo; esto vale. «Soy profesora por vocación». Eres profesora porque hiciste Magisterio, hiciste un máster o pasaste unas oposiciones y has tenido plaza, por ende, esfuerzo, estudio o suerte, por ejemplo. Desde luego, puede que tu profesión sea una u otra porque te ha gustado desde hace tiempo y has luchado por conseguir ser eso, pero, no sé, la vocación no se lleva bien conmigo. 🙂

También hay muchos, en el caso de TeI por ejemplo, que empezaron la carrera por motivaciones parecidas a las mías = me gustan los idiomas y quiero trabajar con ellos… y ahora aborrecen la traducción. Y ¿por qué se llega a esta última situación? Pues la razón principal, entre otras, me parece bastante simple: saber idiomas no es traducir. Posiblemente, traducir requiere una serie de características del traductor prácticamente indispensables para su práctica… la de traducir, digo (ya saben: estar sentado varias horas desgranando y desmembrando frases, ser jefe, organizador y gestor de proyectos, etc.).

Y, así, me convertí en traductor jurado de alemán. Ahora me gusta más el español que el alemán, pero sobre todo, me gusta traducir o revisar textos. Me gusta escribir y poder expresarme gracias al intento cada día de dominar la palabra —que para eso está, por cierto. Parece que a algunos traductores y profesionales que están envueltos en palabras a diario se les olvida que no dominan el idioma nativo por el mero hecho de haber estudiado una carrera relacionada. ¡No! Debemos dudar mucho más de nuestras frases: ¡nuestros textos lo agradecerán! En la sociedad que estamos es un logro hacer que la gente pueda entenderse. Esto también lo consigue un traductor con sus trabajos y, por supuesto, un intérprete.

¿Y ustedes? ¿Cómo llegaron a ser traductores? ¿Preferirían tener otra profesión?